Independiente sobre si lo consideramos un tema trivial o no, intrascendente o muy trascendente en el propósito Divino, es interesante despejar algunas incógnitas y conjeturas que por lo general se forman a priori sobre el tema de la pluralidad de mundos habitados y lo que dice la Biblia al respecto. Para ello nos valdremos de una serie de preguntas para clarificar esta cuestión:
1) PREGUNTA: ¿Hablar de la posibilidad de Mundos Habitados es lo mismo que hablar de Ovnis?
Quienes se apresuran a mezclar ambas cosas
están en un error. Es posible que influidos por el cine o la poca información al respecto, mezclen ambas cosas. El tema Ovni no necesariamente está relacionado con la vida en otros planetas. El fenómeno Ovni, que ciertamente es real, puede tener variadas explicaciones, y como se ha demostrado por los investigadores serios, muchas, muchas causas. En los casos auténticos y sin una explicación convencional (habiendo ya probado que no es un fraude ni confusión visual, fenómeno atmosférico, etc.) en algunos avistamientos reales, se ha constatado la presencia de distintas entidades con movimientos inteligentes tras esos casos. Tal vez, en algunas ocasiones, ambas cosas estén conectadas. Pero el fenómeno es más amplio de lo que podemos imaginar para encasillarlo a una sola respuesta. Ovnis sencillamente son “objetos voladores no identificados”. En algunos casos, hay una clara influencia demoniaca, mientras que en otros casos, no podemos estar seguros.2) PREGUNTA: Pero la Biblia no dice nada claramente sobre la vida en otros planetas. Si fuera un hecho tan importante, ¿no habría sido escrito con claridad en la Biblia?
No necesariamente. La Biblia tampoco mencionó que en China existían habitantes, o en América habían pueblos y civilizaciones incluso m
ás avanzadas que las Europeas. Algunas de estas civilizaciones son muy antiguas. Es interesante que debido a este hecho, los primeros colonizadores junto a las iglesias de la cristiandad exterminaron a cientos de miles de nativos, argumentando que como no aparecían dentro de los descendientes de Noé en el Génesis, sencillamente no eran seres humanos, y tenían el derecho a exterminarlos. Todos sabemos ahora que fue un craso error. Y el que la Biblia no fuera directa al mencionar que existía gente en América no indica que en realidad no había gente, ya que efectivamente había. El que la Biblia guarde silencio sobre ciertos asuntos, no indica que éstos no existan. Podemos razonar que la Biblia en esencia es una revelación dada a la raza humana de este planeta, al “hombre terrestre” como tantas veces recalca al usar esta expresión en muchos libros (como Ezequiel). Por lo tanto, al no ser un mensaje para el “hombre extraterrestre” no menciona su ubicación ni debe dar detalles al respecto.
